Entrevista de Marina Rivas, del Diario SUR, publicado el Martes 18 de Septiembre del 2018

Oculta sus cicatrices, pero no por vergüenza, sino porque siente que es momento de dejar atrás la etapa más dura de su vida como profesional. Nuria Andreu debutará hoy en casa con el Rincón Fertilidad ante el Bera Bera (20.30 horas), un año después de llegar al club y tras pasar por una recuperación de 16 meses. Una exhausta prueba física y mental por la que ha tenido que trabajar sin descanso y rota de dolor.
Marina Rivas: Cuesta imaginar lo que ha sufrido estos 16 meses, ¿qué le pasó exactamente?
Nuria Andreu: Me tuvieron que operar de un tumor en la tibia, benigno por suerte, pero era tan grande que me llegó a fracturar parte de la tibia y tuvieron que ponerme un injerto de la cadera. Yo entré a quirófano pensando que aquello serían 6-8 semanas de recuperación, pero se me hizo eterno.
–¿Cuándo acabó su temporada?
–En mayo de 2017, con el Alcobendas. Aquel mes fue horroroso, empezaron a hacerme pruebas y los médicos tenían dudas. Ya me molestaba la tibia de antes, pero pensaba que serían lesiones musculares, aguanté porque no pensaba que fuera algo grave.
– ¿Se arrepiente de haber ocultado tanto tiempo el dolor?
–Claro, de hecho acabé la temporada en mayo y me operaron a finales de agosto, cuando ya estaba en Málaga.
–El Rincón Fertilidad la fichó aun sabiendo de su lesión…
–Sí y eso no lo hace cualquier club. Igual pensábamos que sería para menos, pero lo sabían y me agilizaron los trámites, me dieron todo lo que necesitaba, siempre han estado ahí.
– ¿Llegó a sentir que el pasado fue un año perdido?
–Siempre que hablo de la temporada pasada, hablo de la anterior, la que jugué, pero para mi el año pasado fue bonito porque viví todo lo que consiguió el equipo… Pero me sentía frustrada personalmente por no poder estar ahí, mi cuerpo no respondía.
– ¿Cómo recuerda la recuperación?
–Dura y rara, había periodos en los que no sabía lo que hacer, nadie tenía una visión clara; pedí muchas opiniones, trabajé también mucho en el centro Inacua… Pero yo notaba que mi cuerpo no terminaba de responder.
– ¿Cuándo vinieron las mejorías?
–Sobre todo, a partir de julio. Sabía lo que quería, que era recuperarme a toda costa, así que opté por quedarme sola en Málaga para intentar llegar a la temporada.
– El peor verano de su vida…
–El más sacrificado, desde luego. Además, me he obsesionado más con el balonmano, porque veía que no lo tenía y lo quería, quería estar ahí.
– A nivel psicológico, ¿qué ha sido lo más frustrante en este tiempo?
–La incertidumbre de que no tenía plazos después de tres operaciones… No sabía cuándo podría responder.
– ¿Cómo se encuentra ahora?
– Quizá algo falta de ritmo, es normal… Pero no paro de trabajar para ponerme al día. Estoy contenta por volver y voy a intentar estar a la altura esta temporada. A veces pienso: «Joder, a ver cuándo me deja de doler y despego ya».
–¿Sigue sintiendo dolor todavía?
–Algo de molestia, puedo entrenar y jugar, pero estoy esperando el momento para poder dar el salto. Ahora sólo tengo en la cabeza este partido y con el resto, iré día a día.